La hepatitis es una enfermedad producida por un virus que genera una inflamación en el hígado y puede causar cáncer de hígado, cirrosis y hasta la muerte. En otros casos, es producida por el consumo excesivo de alcohol o algunas toxinas, medicamentos o determinadas afecciones médicas.
La enfermedad no presenta síntomas hasta varios años posteriores a la infección, pero para entonces el hígado puede estar severamente dañado y la manera de diagnosticarla es con un análisis de sangre.
Se estima que el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de cáncer primario de hígado son debidos a infecciones por los virus de la hepatitis B o C.
Existen 5 tipos de hepatitis virales:
- Tipo A (VHA): es transmitida por alimentos, agua contaminada, falta de higiene o contacto directo con una persona infectada. Para prevenirla es recomendable tomar agua potable, cocinar bien los alimentos, además de higienizarse bien las manos. Tiene vacuna.
- Tipo B (VHB): es transmitida por sangre, por vía sexual o de madre a hijo durante el parto. Para prevenirla es recomendable usar preservativo en las relaciones sexuales y no compartir jeringas. Tiene vacuna.
- Tipo C (VHC): es transmitida por sangre, jeringas contaminadas y por vía sexual. Para prevenirla es recomendable usar preservativo en las relaciones sexuales y no compartir jeringas. No tiene vacuna, pero existe un tratamiento con medicamentos.
- Tipo D (VHD): es transmitida por sangre o por vía sexual. Se contrae solo si previamente se contrajo hepatitis B, por ello, se puede prevenir con la vacuna para este tipo de hepatitis.
- Tipo E (VHE): es transmitida por alimentos, agua contaminada y falta de higiene. No tiene vacuna.
Los síntomas comunes para los 5 tipos son fiebre, náuseas, vómitos, dolor abdominal, erupciones cutáneas, pérdida de apetito e ictericia (color amarillento en la piel).
Estadísticas de América Latina
Cada año hay 10.000 nuevas infecciones por el virus de la hepatitis B y 23.000 muertes. Solo el 18% de las personas con esta hepatitis llega a tener un diagnóstico y, de ellas, apenas el 3% recibe tratamiento.
Con respecto a la hepatitis C, según la OMS; cada año se producen 67.000 nuevas infecciones y 84.000 muertes. Solo el 22% de las personas con esta hepatitis llega a tener un diagnóstico y, de ellas, solo el 18% recibe tratamiento.
En 2019 se notificó que 4 millones de personas vivían con hepatitis B crónica, 7 millones vivían con hepatitis C crónica y que 125.000 han muerto por cáncer de hígado y enfermedad hepática (cirrosis).