Este fin de semana Chile elegirá a sus constituyentes, concejales, alcaldes y gobernadores. Los ojos del mundo liberal puestos en ello y también… el pueblo.
Comienza la segunda etapa del proceso constituyente que se voto el pasado 25 de octubre donde ganó el apruebo para hacer una nueva constitución por más del 78%. En esta etapa se juegan muchas cosas, la representación directa que haya logrado el pueblo en este tiempo y también el futuro de las carreras políticas de muchos que ahora se disfrazan de independientes para poder escribir la nueva constitución y así seguir manteniendo su poder.
Por eso es que muchos políticos están preocupados y no es para menos. El proceso que vive Chile desde el 18 de octubre no solo afecto a partidos de derecha como la UDI -RN – Evopoli, sino que los procesos anteriores del Frente Amplio y sus partidos también quedaron fuertemente debilitados por los papeles que jugaron dentro y fuera del congreso. Es muchísima la gente que en Chile no estuvo de acuerdo no solo con el pacto firmado, sino con el poco impacto real que tuvo la política en el cese de violaciones a los Derechos Humanos.
Más allá de los viejos y nuevos conocidos de la política, es la primera oportunidad real que va a tener el pueblo de elegir a sus representantes de cero y por su elegirán hasta escaños de pueblos originarios. También se presenta La Lista del Pueblo, una propuesta salida de la representación popular creada por muchos pobladores y pobladoras en el último tiempo.
Chile demostró y sigue demostrando que no es un despertar, sino que como cualquier sociedad hay un entramado que esta vivo y trabajando constantemente. El estallido permitió exponer el trabajo social previo de muchas organizaciones, también la creación de otras o la unión de personas con objetivos sociales que antes no tenían espacio o representación.
Una muestra de esto es que se presentan para las elecciones 16.730 candidatos. Un número difícil de seguir y que por supuesto sumado a la pandemia resulta casi imposible que sea una elecciones de plataformas claras, igualitarias o públicas.
Se van a elegir a los 155 integrantes de la Convención Constitucional que escribirá la nueva Carta Magna y también a alcaldes y concejales para las 346 comunas (municipalidades) que integran el país y, por primera vez desde el retorno a la democracia, a gobernadores para sus 16 regiones.
El órgano será electo bajo mecanismo de paridad de género, único en el mundo, que garantizará un mínimo de participación de 45% de mujeres, mientras que los pueblos indígenas tendrán 17 escaños reservados.

Desde la elección y la conformación de la asamblea tendrán nueve meses para presentar un nuevo texto constitucional, pudiendo ser ampliado por 3 meses más una sola vez. Una vez redactado, debe tener la aprobación de dos tercieros que se mantiene del viejo orden y luego los chilenos votarán el apruebo o el rechazo de esa nueva constitución a mediados de 2022, con la astucia política de quienes firmaron el pacto ya que si en esa oportunidad gana el rechazo, queda vigente la constitución de Pinochet y no hay ningún mecanismo previsto para otro proceso.
Más allá de la constitución, son importantes los resultados de las otras elecciones ya que terminará de medir la fuerza política de los partidos y será otra prueba de como está conformado el electorado chileno luego de un año y medio de protestas y descontento social, además meses antes de la elección presidencial que será en 6 meses.
Lo que está en juego:
Como si pudiese definirse en una nota. Los partidos de derecha intentarán mantener un Estado subsidiario de poco protagonismo en el Chile liberal mientras que los sectores de «izquierda» quieren un Estado con protagonismo que garantice el respeto de los Derechos Humanos, el ambiente, justo y equitativo donde haya acceso a los derechos que hoy son negados como la salud y la educación.
Probablemente ningún partido ni sector alcance en estas elecciones una mayoría automática de dos tercios y sobre todo entendiendo que el mecanismo electoral favorece más a los partidos y listas unificadas que a las personas que van sueltas, aunque alcancen mayor cantidad de votos, siempre entraran más representantes de listas unificadas.
En total, de los casi 1.300 candidatos, más de 500 son independientes. Es decir, alrededor del 40% de los postulantes no pertenecen a ningún partido político.
Por lo que habrá una diversidad y una fragmentación palpable en la próxima asamblea constituyente. Nadie puede saber aún si será muy progresista o la derecha mantendrá su poder, pero si está seguro que el proceso es un ejemplo para el mundo ya que la representación será por primera vez real…
Los candidatos presidenciables más conocidos sabrán luego de este fin de semana como quedan parados también sabrá el pueblo quienes son sus representantes en una elección, particular, hístorica y pandemica.
Las elecciones de acceso al plebiscito han tenido el récord de participación en la era del voto voluntario con más del 50% de participación y se espera que continué esa tendencia.
Piñera el señor al cual nadie quiere ser asociado en la nueva política andina, de acuerdo con la última encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), publicada a fines de abril, cuenta solo con un 9% de aprobación entre los chilenos, el nivel más bajo durante su segundo mandato. La desaprobación, en tanto, alcanza el 74%.
Veremos si siguen las despedidas y a quien se da la bienvenida.